Nadie debe controlar como va ser tu día, porque es tuyo y eres tú quien debe decidir como actuar, pensar y cómo sentirte.
Esta es precisamente la razón por la cual debes trabajar en construir una actitud positiva y sólida, cuando alguien trate de estropearte el día, o cuando las cosas no estén saliendo como las querías, procura que tu actitud permanezca intacta y podrás responder mejor ante cualquier situación.
En las emociones no hay leyes, pero puedes busca una actitud positiva tomando en cuento los siguientes aspectos:
• Una sonrisa puede ayudarte a combatir el estrés cotidiano.
• Es la actitud la que puede aumentar o reducir el estrés.
• Acepta, en vez de resistirte, así recuperaras tu poder y puedes sentirte mejor; no es igual que resignarse.
• Elige cambiar lo que puedes cambiar, haz lo que sí puedes hacer y controla lo que sí puedes controlar.
• Cree en tu y elige creer en vez de dudar.
• Elige creer que tú eres mas grande que tus problemas.
• Elige creer que todo se mueve en ciclos y nada es permanente.
• Agradece lo que tienes, ¿de cuántas cosas podrías estar agradecido de tu vida? Experiencias, amistades, aprendizajes, trabajo, oportunidades, amores, familia. La gratitud combate la sensación de desesperanza.
• Comprométete, no sólo desees.
• Adquiere hábitos contractivos y positivos (lee, haz ejercicio, comparte tiempo con tu familia, comunícate con ella).
• Ten disposición para ver lo bueno en los demás.
• Sé persistente, no necio.
• Sé generoso.
• Responsabilízate de tu vida y de tus actos.
Una buen actitud facilita alcanzar el éxito, te da energía para seguir tu propósito y también hace que el viaje de la vida sea mas agradable sin importar donde vayas.
Y la imagen más clara de una actitud se deja ver en una sonrisa, vista como un intercambio emotivo, que siembra algo en quien la da y en quién la recibe, si importar siquiera si se conocen o se volverán a ver alguna vez, y se convierte así en la forma amable de comunicarnos con el mundo.
